Burbuja, Expectativa y Realidad
Primera Parte
En días recientes he coincidido con varios amigos y
durante estos encuentros han surgido comentarios tales como: “El valor en los
bienes raíces se está incrementando”. “Estamos en una franca recuperación y el valor de las propiedades va a subir
próximamente”.” Los intereses están muy bajos, vamos a comprar propiedades
porque es inminente una fuerte alza en los precios”.
Inclusive hace días en CNN una destacada periodista le
comentaba a un eminente profesor de la universidad de Princeton: “Si los
intereses están supremamente bajos y se observa una mejora en la industria de
los bienes raíces, ¿Sera posible que estemos en las puertas de otro boom en la
industria inmobiliaria?”
Cuando escucho estos comentarios saltan a mi mente varios
pensamientos que puedo esquematizar de la siguiente forma.
Primero: Es
asombroso como después de experimentar la recesión más fuerte y prolongada
después del Crack los años 30, que todavía nuestras autoridades y el público en
general no comprendan a plenitud lo
complejo y dramático de esta crisis
hipotecaria y sus profundas implicaciones en nuestra economía.
La reciente burbuja hipotecaria fue la puerta de entrada
a innumerables problemas para América y dichas dificultades se pueden sintetizar en: 1.Parálisis en nuestros
mercados de crédito. 2. Crisis de iliquidez en muchos de nuestros bancos (e
inclusive la desaparición de muchos de ellos). 3. Cierre de muchas empresas y en consecuencia la pérdida
de millones de empleos. 4. Aumento desmedido del gasto público, generando esto
un inmenso déficit fiscal y un posible
impacto de alta inflación a mediano plazo. 5. La exportación y contagio de esta
crisis a diversos países (España, Grecia, Portugal etc.).
Segundo: ¿Porque todavía el público en general maneja niveles muy
escasos o casi nulos de información financiera? Pero tal vez, lo más dramático es
lo mal informados que están ciertas personas (educadas) y que inclusive están
vinculadas en el día a día de la industria. Esto incluye: Abogados (con práctica en bienes
raíces), banqueros, corredores de hipotecas, agentes inmobiliarios e inversionistas.
Hipotecas, Tiempo, Inflación e
Intereses
Cuando se analiza históricamente el comportamiento de los
bienes raíces (en tiempos de relativa estabilidad económica) destacan varios
puntos: Primero las estadísticas indican que de 100 propiedades (en promedio)
que se transan en el mercado apenas un 3% se hacen al contado.
Dicho en otras palabras, de cada 100 propiedades vendidas
en el mercado, 97 necesitan algún tipo de financiamiento. Esta relación (97/3)
es aceptada como lógica, normal y sana.
¿Y Porque este coeficiente es considerado sano y lógico?
La razón es simplemente una necesidad por parte del consumidor de adquirir una
vivienda con relativa facilidad y al
mismo tiempo es la necesidad de la
industria bancaria en hacer
viable su negocio.
Cuando hablamos de
hipotecas usualmente se establecen varios elementos y uno de ellos es el
tiempo. Esta variable (tiempo) es una herramienta que permite la factibilidad
para este tipo de financiamiento. Recuerden que cuando hablamos de hipotecas se
piensa en largos periodos de tiempo para el pago de la obligación. (Hipotecas a largo plazo / usualmente a 30 años).Porque
de lo contrario sería casi imposible para la mayoría de los prestatarios pagar
sus obligaciones y en consecuencia adquirir sus viviendas. Y a su vez sería muy
riesgoso para los prestamistas (bancos e
inversionistas) invertir sus recursos en la industria de los bienes raíces sin
una perspectiva lógica de retorno a largo plazo.
Segundo: La actividad en la industria de los bienes
raíces esta vinculada de forma directamente proporcional con el comportamiento
de los intereses y la inflación. O dicho en otras palabras: El combustible que
mueve a la industria es el financiamiento. Basta con recordar como entre
finales de los 70’s y principios de los 80’s los niveles de tasas de interés en
Los Estados Unidos eran entre 19% y 22% respectivamente. (Estos tipos de
interés eran producto de una fuerte
inflación que se vivió en esos años). Esto
ocasiono casi una parálisis en la industria y una merma importante en los
precios para la época. Porque era virtualmente imposible adquirir una propiedad a crédito y amortizar
una hipoteca con estos niveles de intereses. Para estos años la industria no
poseía el suficiente estimulo (bajos intereses) para crecer y en consecuencia
esto genero como ya se comentó una fuerte contracción del sector.
En el año 2007
sucedió exactamente lo contrario. Para el quinquenio (2002-2007) se disponía de
abundante finamiento con intereses relativamente bajos. Para este periodo
(2002-2007) existió este poderoso estímulo (bajos intereses) y adicionalmente
se generó una perversa combinación de factores que permitieron y potenciaron la
creación de esta famosa burbuja inmobiliaria. Como elementos básicos de esta anomalía
destacan: A. Cambios y flexibilización en la legislación vigente a la época.
Esto permitió la creación de las llamadas subprime hipotecas o hipotecas
exóticas y en consecuencia, la entrada de los derivados financieros aplicados
al mundo hipotecario. B. Las acciones inescrupulosas de desarrolladores,
especuladores, prestamistas depredadores y consumidores mal intencionados. C. Una
total ceguera por parte de las
autoridades regulatorias.
Es importante
remarcar que los tipos de interés estaban a niveles relativamente bajos
(3.5%-5.5%) desde a mediados del año 2002 hasta finales el año 2007. Para estos
años el acceso al financiamiento era fácil y con pocas restricciones. Estos
bajos intereses (combustible) en mi opinión fueron el principal motor que
estimulo significativamente la demanda de financiamiento para la adquisición de
propiedades. Y para satisfacer esta necesidad de financiamiento, se crearon las
llamadas subprime hipotecas o hipotecas exóticas.
En este sentido vale
la pena recordar un viejo principio de la teoría económica que reza lo
siguiente: “Largos periodos de tiempo con bajas tasas de interés generan a
mediano y largo plazo grandes distorsiones en la economía”. Y esto se convierte
en una realidad porque los consumidores
usualmente al observar bajos intereses (por periodos de tiempo relativamente
largos) comienzan a contraer deuda de forma acelerada. Porque es fácil y sobre todo barato
endeudarse.
Y de hecho desarrollan sus actividades de negocio con
éxito y fuerza. (Pero sobre todo endeudados). E inclusive esta ilusión de
prosperidad se dispersa rápidamente en
toda la sociedad. Pero una vez que la
economía se comienza a fatigar y se
manifiesta un aumento significativo en los intereses, el consumidor empieza a experimentar dificultades en el pago de sus
compromisos. Y a partir de esta fractura se genera un efecto domino que invade
negativamente a toda la economía.
Tal vez las autoridades que establecían la política monetaria para esos años olvidaron este viejo principio
y sub- estimaron la situación. De hecho a muchas de esas personalidades se les
pregunto “¿existe un límite a esta
prosperidad?”. Y usualmente respondían
de esta manera: “Vivimos en una nueva era”.
“La globalización permite estos avances”. “No te preocupes los fundamentales de la
economía son fuertes”.
Los intereses hoy
En la actualidad existen tipos de intereses
históricamente bajos. Pero la pregunta
sería: ¿Hasta cuándo se puede mantener esta situación? ¿Qué precio vamos a
pagar por esto? A mi modo de ver, se deberían buscar otros caminos para
estimular con más fuerza e inteligencia a la industria de los bienes raíces y a
la economía en general. A mi entender las autoridades deberían ser más creativas
e impulsar una serie de reformas estructurales que permitan una recuperación
sólida y sostenida con una visión a
largo plazo. Pero sobre todas las cosas se deben de buscar herramientas y
soluciones razonables que no permitan la creación de nuevas burbujas inmobiliarias. Ya que el costo
de no entender lo grave de la situación, y sobre todo no percibir que son
necesarios cambios en la forma de hacer las cosas dentro de la industria, podrá
resultar peligroso y potencialmente
devastador. El punto es rescatar la confianza de todos los involucrados
(bancos, inversionistas, corredores de bienes raíces y sobre todo el
consumidor) a través de cambios o reformas creíbles y lógicas para los agentes
económicos.
A mi parecer una excepcional herramienta que permitiría
transparencia y eficiencia es la información. Pero esta información debe ser
clara, honesta y sobre todo accesible al público en general. Un consumidor bien
informado usualmente toma mejores decisiones y tiende a ser menos manipulado. (Este
punto y otros más los ampliare con más detalle en una próxima entrega).
No comments:
Post a Comment